De abril a junio se perdieron 16.200 puestos, el triple que en el mismo periodo de 2008, con la crisis financiera en ciernes
Nunca un segundo trimestre fue tan malo en la provincia, según informa Diari de Tarragona. El impacto de la Covid-19 es histórico, según indica la Encuesta de Población Activa (EPA). Si la del primer trimestre apenas recogía el impacto laboral de la pandemia, en esta, la que abarca de abril a junio, incluido el confinamiento, la devastación es bien palpable.
La pandemia ha destruido 16.200 empleos en la provincia, todo un récord aciago, más aún en un segundo trimestre que suele generar trabajo de cara a la temporada alta. La media es de 180 empleos aniquilados a diario en Tarragona. No se trata solo de personas que se hayan ido al paro, sino de contratos y puestos que se han dejado de ofrecer debido a la situación sanitaria.
De hecho, hay que regresar a 2008, en el inicio de la crisis financiera, para ver una bajada de la ocupación en un segundo trimestre (incluso en los años más duros de esa recesión, el trabajo crecía en ese periodo de abril a junio a rebufo de la dinámica estacional). Y aun así, en aquel 2008 donde empezaban a asomar los nubarrones, la cifra era tres veces inferior a la actual: 5.700. Por eso, ni siquiera aquella crisis económica provocó un periodo tan intenso y acentuado de reducción de empleo en las comarcas tarraconenses, que han visto cómo el paro subía en 9.400 personas, un 18,7% más. Por tanto, este socavón actual es inédito y mucho más acelerado que la recesión provocada por el estallido de la burbuja de hace más de una década, sostenida en el tiempo y más progresiva.
En el primer trimestre de 2009, en los efectos iniciales tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, la caída fue similar a la actual (16.300 puestos destruidos); por tanto, cifras parecidas, si bien es verdad que la crisis del ladrillo se agravó posteriormente.
Y, además, los ERTE
Hay otro factor que deteriora la situación y que no aparece en estos balances trimestrales: en estas cifras del desempleo no se contemplan las casi 55.000 personas en la provincia que han padecido un ERTE (45.300 en el Camp de Tarragona y 9.400 en el Ebre). Buena parte de ellas siguen inmersas en estos expedientes reguladores.
La EPA deja otro dato preocupante en Tarragona: las personas que pasaron a la inactividad, es decir, que ni trabajaron ni estuvieron buscando empleo. En España hubo 1.062.800 personas que transitaron hacia ese estado inactivo. Se trata del mayor incremento de la serie y lleva el total de inactivos hasta los 17.588.700, también el más elevado de la historia. Lo mismo sucede en Tarragona: 8.400 personas pasaron a engrosar el grupo de inactivos, que se queda en 289.200, la mayor cifra nunca registrada.
Con todo ello, la tasa de paro en Tarragona se ha disparado del 12,83% al 15,34%. Es, con diferencia, el indicador más elevado de toda Catalunya, que tiene la media en 12,78%. También la tasa de actividad, otro de los baremos representativos, muestra que Tarragona está siendo un territorio especialmente afectado. Es la más baja de Catalunya, con un 57,05%, por debajo de la media de 58,53%. Hay que tener en cuenta que la provincia partía, de entrada, de sufrir más paro de manera estructural. A eso se añade el peso específico del turismo en la economía tarraconense, que inevitablemente contribuye a empeorar la coyuntura.