La Jornada de trabajo organizada este próximi viernes por Europe Direct Tarragona y la Catedra Tarragona Smart Mediterranean City nos invita algunas reflexiones sobre la invitación que múltiples documentos de la Unión Europea nos hacen hacia una economía regenerativa y circular. Cuando París acoge su cumbre sobre el clima que conmemora los acuerdos de hace dos años, conviene atender a los cambios no solo productivos sino también de actitud que se están produciendo.
Y es que una nueva concepción emerge con fuerza en la contextopedia de las ciudades inteligentes de la mano del eje de la sostenibilidad: la de Economía Circular. Una expresión que, por su acierto conceptual, está llamada a morir de éxito, incorporándose como un nuevo paradigma o cuanto menos como una aproximación generalizada al análisis de la realidad de sectores económicos, formas de producción y territorios. Frente al modelo de desarrollo lineal progresivo, de huida hacia delante, del capitalismo industrial, emerge un modelo circular, que no rechaza el avance y el progreso en espiral, pero que pretende no dejar a su paso un escenario de tierra quemada. Los elevados daños ambientales y la brutal degradación del planeta en las últimas décadas han hecho que desde concepciones basadas en la sostenibilidad se busque respuestas efectivas para un crecimiento y un desarrollo realmente sostenible. Superadas, a mi entender, la concepción anti-crecimiento que partía de la piterpanesca pregunta de ¿Por qué hemos de crecer?, emerge con la Economía Circular una concepción global e integradora, capaz de combinar alquímicamente innovación (creatividad), crecimiento (riqueza) y respeto radical por el medio ambiente.
La Economía Circular tiene hoy su principal foco de investigación y difusión en la Fundación creada por Ellen McArthur, la galardonada navegante a vela que en 2005 rompió el récord mundial de la circunnavegación más rápida en solitario del mundo. Retirada de la competición deportiva, en 2010, impulsó una fundación que recogiendo ideas de campos diversos –energías renovables, pensamiento sistémico, biomimetismo, simbiosis industrial, “cradle to cradle”, economía azul…-. Se trata de una economía, inicialmente industrial, reparadora, que pretende retornar a la naturaleza de forma adecuada todo lo de ella extraído, basándose en el modelo de los sistemas de retroalimentación, especialmente los sistemas vivos. Se trata de una alternativa a nuestro actual modelo de producción lineal basado en agotar las reservas naturales para crear cientos de residuos amontonados en vertederos. La idea es que los residuos son alimento, que la diversidad es un potencial, y la energía ha de ser renovable. Volveremos sobre ello con más espacio, pero hay que recordar que en 2012 la Comisión Europea en su documento “Para una Europa eficiente en recursos” afirma que “En un mundo con una creciente presión sobre los recursos y el medio ambiente, la UE no tiene más remedio que ir a por la transición a una economía regenerativa circular y en última instancia, que utilice eficazmente los recursos”.
Santiago Castellà, Director de la Càtedra Tarragona
Smart Mediterranean City de la Universitat Rovira i Virgili