Los puertos catalanes mantienen vivo el pulso de la actividad logística

Imatge aèria de la ciutat i el Port de Tarragona. (Horitzontal)

Pese a las restricciones, los puertos de Barcelona y Tarragona -segundo y sexto, respectivamente, en el ranking de tráfico de mercancías por mar en España- continúan operando con relativa normalidad en las tareas de carga y descarga y mantienen vivo con su actividad el pulso logístico de Cataluña

“Como infraestructura crítica que somos, tenemos las terminales abiertas y a los estibadores cumpliendo con las escalas programadas; afortunadamente, hasta el día de hoy no se ha dado ningún caso de Covid 19 y, dentro de los márgenes de seguridad que son necesarios, las plantillas continúan trabajando sin incidencias”, confirman fuentes del Port de Barcelona a El Mundo.

A nivel nacional, el peso específico de los puertos en las cadenas de distribución de mercancías es abrumador: el 85% de las importaciones y el 55% de las exportaciones se realiza por vía marítima. En la zona de influencia de Cataluña, tanto Barcelona como Tarragona garantizan en el escenario actual el aprovisionamiento de industrias y el abastecimiento al consumo dentro del estado de alarma; ambas autoridades portuarias están ejecutando “planes de contingencia para que la rueda operativa de servicios esenciales -terminales, estiba, transportistas, transitarios, aduanas, inspección en frontera, etc..- no se detenga”.

En el diseño de esos planes de emergencia se han tomado medidas para optimizar los turnos y los equipos humanos, por ejemplo en el control de entrada. En el caso de Tarragona, se ha cerrado uno de los accesos urbanos principales, el del muelle de Reus, para concentrar efectivos. “Los controles son esenciales en una infraestructura como la nuestra, de especial protección, y de ahí que debamos buscar la máxima eficacia en el servicio a través de este tipo de medidas temporales”, explican desde el puerto tarraconense.

Todos los trabajadores de los servicios centrales de ambos puertos están, o bien trabajando desde sus casas o bien de baja retribuida. “Dentro de la Autoritat Portuària sólo están acudiendo al lugar habitual de trabajo en aquellos puestos en que la presencia física es indispensable, como es el caso de la policía portuaria”, exponen en el puerto de la Ciudad Condal. 

En el caso de Tarragona, el Port se ha visto obligado a desmentir un caso de coronavirus en su policía para evitar que cunda el desánimo. Sus agentes son los que están subiendo a bordo de los buques “para entregar en persona a las tripulaciones las recomendaciones sanitarias y las restricciones de movimientos en nuestro territorio, que también afectan a la marinería de los mercantes que hacen escala”.

Por lo que respecta a los cruceros, las medidas excepcionales aprobadas en toda España incluyen -salvo casos muy puntuales- la prohibición de entrada de buques de pasaje procedentes de Italia y de “cruceros de cualquier origen con destino a puertos españoles”. “Se va a notar bastante en la ciudad, ya que sólo pueden entrar para repostar combustible y sin que desembarque la tripulación”, subrayan desde el Port de Barcelona, líder indiscutible en España de este segmento turístico. Las autoridades portuarias sí pueden autorizar atraques de larga estancia, sin pasajeros y con la tripulación mínima imprescindible, para retirar a estos gigantes de la circulación y evitar que puedan propagar el Covid 19.

Además de la vertiente operativa, los puertos catalanes -que están entre los más rentables y disfrutan de gran solvencia- han puesto en marcha medidas financieras para atenuar el perjuicio económico provocado por la crisis sanitaria entre la comunidad portuaria. En línea con las indicaciones de las Cámaras de Comercio y las agrupaciones empresariales como Pimec o Foment del Treball, se están avanzando al máximo los pagos para mejorar la liquidez y la tesorería de las pymes de su entorno. En este mismo sentido, con carácter general ambas infraestructuras van a flexibilizar al máximo el pago de tasas y deudas pendientes.